El Paseo de Gracia y las calles adyacentes se convirtieron en el Paseo de las Maravillas, un lugar mágico donde todo era posible. Alicia, la Reina de Corazones, el Conejo Blanco, el Sombrero Loco o el Gato de Cheshire se sumaron a esta gran fiesta en la cual las tiendas se mantuvieron abiertas desde las 20 horas hasta la madrugada. Este año la diversión estuvo asegurada y se apostó por un evento popular donde los participantes fueran los propios protagonistas de esta fantasía.