Blind box - Mystery boxes - Cajas sorpresa
Tras el éxito de su primera tienda en Madrid, en la Calle de la Luna, la compañía ha decidido dar el salto a Barcelona para reforzar su apuesta por un mercado en plena expansión.El nuevo local, de tres metros de ancho por veinte de largo, ha sido diseñado como una experiencia inmersiva en la que cada figura cobra vida con su propia historia. Aunque su público objetivo se sitúa entre los 18 y 35 años, la fiebre por los muñecos sorpresa ha roto cualquier barrera generacional.
“En Madrid tuvimos una gran acogida, incluso sin estar en una zona turística. En Barcelona vimos que no existía una tienda multimarca como la nuestra y encontramos el lugar perfecto para seguir apostando por la creación de una zona de referencia para los coleccionistas”, explica Evgeny Yablokov, director ejecutivo de Blind Box.
“Desde que los Labubu se hicieron virales, cada vez más personas de distintas edades se han aficionado a las figuras. Tenemos clientes de 20 años y también coleccionistas de 70. Lo interesante es la conexión emocional: muchos eligen una figura porque refleja un momento vital o una emoción concreta con las que se identifican”, añade Yablokov.

El éxito de Blind Box se enmarca en una tendencia global que nació en Japón, con los populares gashapon (máquinas expendedoras de cápsulas con juguetes y figuras), y que dio el salto a Corea del Sur, donde se extendió incluso a sectores como la cosmética o la restauración. En un contexto de consumo marcado por la inmediatez, las cajas sorpresa encajan con el concepto coreano de “small but certain happiness” (소확행, sohwakhaeng): pequeñas alegrías que generan satisfacción instantánea.
Marcas como Pop Mart han llevado esta fórmula al siguiente nivel, convirtiendo a personajes como Labubu, Molly, Dimoo o Skullpanda en auténticos objetos de culto que generan largas colas en ciudades como Tokio, Seúl o Shanghái. El coleccionismo se mezcla aquí con la emoción del azar: cada caja cerrada esconde una figura distinta, y parte del atractivo está en completar la serie, intercambiar repeticiones o mostrar el unboxing en redes sociales.
En España, este fenómeno empieza a consolidarse y encuentra en Barcelona un escaparate privilegiado. “El atractivo de las blind boxes radica en el factor sorpresa. En un mundo tan planificado, estos pequeños momentos de incertidumbre generan ilusión y diversión”, apunta Yablokov. “Como decimos en Blind Box: la vida es como una Blind Box, nunca sabes lo que te va a tocar”.
Plan de expansión
Con la apertura de Barcelona, la compañía refuerza su presencia en España y prepara el salto internacional. “Queremos crecer fuera de España el próximo año. Vemos un gran potencial porque en Europa apenas existen tiendas especializadas como la nuestra”, adelanta el director ejecutivo.
Además, el establecimiento de Portaferrissa traerá una novedad especial: Blind Box será distribuidor oficial de Lovely Emma, ampliando así su catálogo y consolidando su papel como punto de encuentro para coleccionistas de todas las edades.
Blind Box Barcelona
Portaferrissa 27 - Barcelona