El tándem formado por Meritxell Ribé y Josep Puigdomènech, fundadores de Meritxell Ribé -The Room Studio, es la clave del éxito de este estudio que prioriza el confort, la estética, la creatividad y la tecnología. Fundado en Barcelona en el año 2005, Meritxell Ribé -The Room Studio cuenta en la actualidad con dos sedes en la Ciudad Condal. En ambos espacios se funden la calidez de los detalles y la buena iluminación, lo masculino y lo femenino, la técnica y la creatividad, y además se transforman en función de la inspiración de Meritxell y Josep.
Tuvimos la oportunidad de asistir a la presentación oficial del renovado Orac Experience Center 2.0 en Barcelona, y aún sigo procesando todo lo que descubrí allí. Desde el primer momento, fue evidente que este espacio no es solo una sala de exposición, sino una experiencia inmersiva donde tecnología, diseño e innovación convergen para redefinir el mundo de las molduras y los elementos arquitectónicos.
La arquitectura y el lujo son dos mundos condenados a entenderse. Como muestra, ahí está el caso del arquitecto neoyorquino Peter Marino, todo un gurú a la hora de crear edificios para soñar, que firma los proyectos de las mejores tiendas del mundo. Con un «look» de lo más «cañero» que recuerda a las vestimentas de los moteros de cuero y tacón cubano, Marino adquirió nombre y prestigio en los 70 después de decorar la casa de Andy Warhol en Nueva York. Supo aprovechar la jugada, y de inmediato recibió el encargo de crear todos los espacios de Barneys en Manhattan. Luego vinieron las casas de Yves Saint Laurent, de Agnelli y de importantes fortunas que querían tener al más reputado de los arquitectos en ese mundo. Por supuesto con Peter Marino no se habla de precios ni presupuestos: le gusta el estilo francés, acudir a los anticuarios para comprar obras de arte y levantar las mansiones por dentro para dar su toque personal. Como era de prever, Arnault se fijó en su talento y le encargó la restauración de la sede de Dior en la avenida Montaigne de París.