La prótesis cuenta con un esqueleto de acero y aluminio que sustituye a huesos y articulaciones y de un relleno blando en el lugar de los músculos y tendones de una mano real, además de una funda que imita a la piel.
Su funcionamiento se basa en la aplicación de dos electrodos al paciente, uno sobre el músculo extensor y otro sobre el flexor, a través de los que el organismo consigue trasmitir sus órdenes de movimiento con el Sistema Bass, un 'software' de transmisión de datos usado en Biónica que permite ganar en apariencia y agilidad.



La empresa Otto Block ha presentado la mano biónica 'Michelangelo', un prototipo de la nueva generación de manos protésicas que, a través del uso de las últimas tecnologías, imitan en aspecto, amplitud de movimientos y rapidez a las manos humanas reales, dando al paciente la posibilidad de elegir la presión con la que sujeta los objetos --desde un cepillo de dientes hasta una manzana o un papel-- y de "relajar la mano" de una forma natural.




