Pues sí, los diamantes de laboratorio es la nueva tendencia del mercado, y los expertos predicen un fuerte crecimiento en la próxima década. El proceso consiste en colocar un trozo de carbono en una cámara de microondas con metano u otro gas que contenga carbono y, a continuación, sobrecalentarla hasta convertirla en una bola de plasma. De este modo, se crean partículas que se cristalizan en diamantes, un proceso que tarda unas 10 semanas, y cuyo resultado solo se puede distinguir de los tradicionales por medio de máquinas especiales.