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Actualmente lo podemos encontrar con dos tipos de carrocerías y diferentes motorizaciones, entre ellas una roadster, que hace todavía más singular a esta preciosidad.
El MINI Coupé luce una estética que podríamos tildar de atrevida y muy llamativa pues el conjunto ofrece un diseño tremendamente llamativo y singular.

Exteriormente es diferente,  aunque mantiene casi las medidas del MINI original (3,73 largo – 1,68 ancho). Lo que primero nos llama la atención es el techo, cuyo diseño aunque es difícil de ver está basado en el de un casco. El parabrisas delantero está más inclinado con respecto al MINI normal y el techo es ahora más bajito, lo que le otorga al conjunto un toque de radicalidad.

El deflector de aire situado en la parte trasera del techo, no solo está ahí por una cuestión estética, sino para junto al alerón trasero que es retráctil, proporcionar mayor carga aerodinámica al conjunto.

La parte delantera parece más propia de una versión Mini Cooper Works, que de un MINI diésel, pues la salida de aire del capó delantero, así como las entradas de aire que encontramos en la parte más baja del faldón, ya nos dejan entrever que estamos ante un MINI diferente.

En la parte trasera encontramos lo propio de un Mini Coupé, un portón bajo el que encontraremos el maletero cuya capacidad  es de 280 litros, incluso más espacioso que alguno de sus hermanos y en la parte más baja, las salidas de escape dobles situadas en la parte central que son otro de los detalles del carácter deportivo del Mini Coupé.

En el interior es quizás donde menos cambios hay y donde más se respira la esencia MINI como en el resto de modelos de la gama. Tras abrir la puerta, se nos hace raro no ver las plazas traseras. Lo asientos son bastante cómodos y sujetan bien el cuerpo en los apoyos laterales además de ser bastante agradables si quieres hacer un viaje pues tardan en acusar el cansancio.

Una vez puestos al volante la disposición del salpicadero es de origen MINI. Encontramos en primera instancia el cuentarrevoluciones que cuenta con un pequeño display  que nos hace además de ordenador de a bordo.

Si queremos ver el resto de información, tenemos que mirar al centro de la consola, donde una enorme esfera que agrupa el velocímetro, que hay que decir, es muy original, así como una pantalla de 4” donde encontramos el resto de funciones entre ellas las multimedia o el navegador, cuya cartografía nos ha parecido muy curiosa pero a la vez precisa. El sistema de sonido que equipada nuestro MINI estaba firmado por Harman Kardon, y tenemos que decir que la acústica interior del Mini Coupé es fascinante.

La consola central agrupa además el sistema de climatización, y en la parte más baja de la misma junto al cambio de machas encontramos el botón “sport” y el sistema “auto start stop”.

Si volvemos la cabeza, tras los asientos encontramos un pequeño hueco para guardar pequeños objetos, así como una trampilla para poner objetos largos en el maletero como por ejemplo unos skis.

Entrados en la prueba dinámica del Mini Cooper SD Coupé, una de las cosas que sorprende gratamente cuando conduces este coche es su dirección, pues es muy directa, pero a la vez precisa. El tarado de la suspensión no llega a ser “violento” con los ocupantes del coche, absorbe bien las uniformidades del asfalto pero sin llegar a ser molesto. El equipo de frenos, para esta versión es más que suficiente, ya que no demuestran fatiga con rapidez, sino más bien todo lo contrario.

Tras circular varios kilómetros por varias carreteras de montaña, en los que pusimos bien a prueba el comportamiento dinámico de este MINI, nos agradó mucho ver que aun siendo la versión diésel, el motor, desde baja vueltas ofrece un empuje muy alegre y recupera muy pronto (gracias al par de 350 NM), por lo que unido al conjunto de chasis, amortiguadores, dirección y frenos hacen de este “juguete” un verdadero kart de montaña. Algo que contribuye a ello es el botón mágico “sport” con el que la dirección se vuelve todavía más directa y el motor gana en respuesta.

El motor, un 4 cilindros turbodiesel de 1.995 cc, tiene una potencia de 143cv, suficientes para mover con soltura a este MINI, cuyo peso es de 1.250 kg. Las prestaciones del bloque son de 216 km/ h y una aceleración de 7,9 s de 0 a 100 km/h.  La caja de cambios manual que equipa esta versión de 6 velocidades tiene un funcionamiento perfecto y el funcionamiento tanto para circular por ciudad como en conducción un poco más deportiva es muy agradable.

Si las prestaciones son dignas de mencionar, las cifras de consumo también, pues el Mini Cooper SD Coupé recibe un consumo medio homologado de tan solo 4,5 litros a los 100. Es posible hacer con un solo depósito de combustible la friolera de 680 km!!!

La verdad,  y pensando en voz en alta, nos gustaría probar la versión Mini John Cooper Works, ya que posiblemente de toda la gama sea una de la más divertida de conducir, pues será una de la más radicales.

En resumen, podemos deciros que este MINI para quien le guste la radicalidad en muchos de los sentidos es el coche ideal. Pequeño para circular por ciudad, cómodo para viajar y dinámico para irte con los amigos a disfrutar de unas curvas el fin de semana, como si de una moto se tratara.

Escrito por, Miguel Angel Solá

@luxurynewsspain

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