Los multimillonarios no conocen la crisis, no les afecta. Graff, es uno de los clásicos joyeros londinenses cuyos artículos podrían calificarse de privativos. Según él, los multimillonarios son inmunes a las economías.
Las marcas de este tipo lejos de recortar beneficios, siguen ampliándolos: Louis Vuitton incrementó un 12% sus ganancias durante el primer trimestre del año y Mont Blanc y Cartier lo hicieron en un 10%.
"El negocio de estos emporios vive una nueva época dorada por el tirón de los consumidores de Moscú, Pekín, Sao Paolo y Nueva Delhi y todo el conglomerado asiático", recalcó Chevalier al diario financiero.
De hecho estos países son los destinos estrella para marcas como Chanel, Dior o Hèrmes que los sitúan entre sus planes de expansión más próximos. Vuitton posee ya 18 establecimientos en China y Armani pretende abrir 24 tiendas en un plazo de dos años. Corea ocupa la cuarta plaza en el consumo del lujo mundial y los chinos, según Goldman Sachs, podría arrebatarle la primera posición a los japoneses.
Mientras sigan incorporándose ciudadanos a la clase media de las economías emergentes, esta industria seguirá creciendo anualmente por encima del 10%. Ellos son el verdadero pilar del negocio", explicó el profesor del Instituto Superior de Marketing de Lujo de París, Michael Chevalier. El capital está pasando de manos occidentales a manos orientales. Es ya un hecho. Las tiendas más exclusivas de las capitales de la moda sobreviven gracias al gusto por la ostentación de árabes, asiáticos y rusos. Buena prueba de ello es que el 75% de la facturación de Gran Bretaña no se corresponde ya con ciudadanos del país.