El grupo de perfumería español Puig ha firmado un acuerdo de licencia de carácter mundial para la creación, desarrollo y distribución de fragancias de lujo bajo la marca Valentino a partir del 1 de febrero del 2011. Puig ha encontrado esta oportunidad de proyección internacional en un momento en el que Procter & Gamble, la multinacional hasta ahora responsable de la licencia de fragancias de Valentino, ha decidido concentrarse en sus marcas que le resultan más rentables, como Gucci y Dolce & Gabbana. Se trata de un paso importante en la consolidación internacional de Puig en el mercado de la perfumería selectiva, en el que ya está presente con sus marcas de propiedad Nina Ricci, Carolina Herrera y Paco Rabanne; también con Prada, a través de joint venture con la marca italiana, y con la licencia de Comme des Garçons.
Un perfil extraplano, una estalagmita cristalina, un frasco que surge de las profundidades y se eleva hacia el cielo, como una respuesta, un contrapunto al primer puñado de tierra. Fieles al frasco de Terre d'Hermès, poco a poco se descubren o redescubren los detalles discretos: el remache de Hermès engastado y el hilo naranja que se refleja en los hombros de metal. Y, sorprendente, el blanco. Un blanco elemental, simbólico y puro, elegante y desenfadado, que con un golpe de efecto se apropia del tapón deslizante y se convierte en su seña distintiva.
En las relaciones amorosas el olfato es crucial. Es el sentido que se encarga de recibir los olores, interpretarlos y procesarlos. Las partículas de aroma que se desprenden de los perfumes flotan hasta entrar en nuestra nariz, allí son "traducidas" por el sistema olfativo y transportadas por nuestras células y nervios hasta llegar al cerebro que no tarda en dar una rápida respuesta emocional.