Un perfil extraplano, una estalagmita cristalina, un frasco que surge de las profundidades y se eleva hacia el cielo, como una respuesta, un contrapunto al primer puñado de tierra. Fieles al frasco de Terre d'Hermès, poco a poco se descubren o redescubren los detalles discretos: el remache de Hermès engastado y el hilo naranja que se refleja en los hombros de metal. Y, sorprendente, el blanco. Un blanco elemental, simbólico y puro, elegante y desenfadado, que con un golpe de efecto se apropia del tapón deslizante y se convierte en su seña distintiva.
En las relaciones amorosas el olfato es crucial. Es el sentido que se encarga de recibir los olores, interpretarlos y procesarlos. Las partículas de aroma que se desprenden de los perfumes flotan hasta entrar en nuestra nariz, allí son "traducidas" por el sistema olfativo y transportadas por nuestras células y nervios hasta llegar al cerebro que no tarda en dar una rápida respuesta emocional.