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Promora vende la famosa casa del arquitecto Joaquin Torres en la exclusiva urbanización La Finca, en Madrid

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Por más de 8 millones de euros la prestigiosa inmobiliaria madrileña Promora ha vendido la casa más emblemática de la zona residencial LA FINCA en Pozuelo de Alarcón, una de las urbanizaciones más exclusivas de Europa. La propiedad pertenecía al conocido arquitecto de los famosos, Joaquin Torres, del estudio A-Cero que ha vendido la casa a otro conocido promotor madrileño. La casa fue en su día sondeada por famosos personajes como el jugador del Real Madrid Cristiano Ronaldo, Borja Thysen o Ricky Martin, pero su valor por entonces rondaba los 11 millones de euros.

 

 

Joaquin  Torres houseLa propiedad fue diseñada y construida a medida por el equipo de Joaquín Torres y se finalizó en el año 2008. Dispone de dos alturas sobre nivel de suelo. En la principal se encuentra el hall de entrada, salón comedor y el garaje con capacidad para ocho vehículos, el dormitorio principal con gimnasio y piscina climatizada. En la planta superior dispone de cuatro dormitorios con sus respectivos baños. Y el nivel inferior está destinado a una sala de cine y zona de servicio, principalmente. Otra piscina exterior con formas curvas y apartado para niños es la pieza principal del jardín de inspiración japonesa.

 

 

La Finca es una urbanización cercana a Madrid cuya zona de los lagos lleva el sello A-cero: todas las casas que se construyen aquí las proyecta este estudio. Viviendas de arquitectura contemporánea entre las que surge, como un modelo perfecto, la residencia de Joaquín Torres, responsable de A-cero.

 

 

La casa es una construcción que impacta por su fuerza visual y su planteamiento conceptual: tres niveles que descienden por el terreno en pendiente y toman cuerpo en volúmenes de contundentes formas. La planta baja o sótano actúa como base, una gran peana sobre la que se elevan las restantes alturas como si fueran esculturas. Los materiales y colores resaltan este juego arquitectónico: mientras que la base está revestida con porcelánico cerámico blanco, los elementos superiores se han realizado en un hormigón teñido de gris oscuro que acentúa el contraste. El encofrado, además, se ha llevado a cabo de forma artesanal creando surcos que enriquecen la textura de este sobrio material. Joaquín Torres utilizó asimismo los volúmenes superiores para dar verticalidad a la casa, ya que estos sobresalen desde la acera de entrada por encima de la cubierta, que queda a ras de suelo. Y aquí entra en juego otra de las claves de la construcción: el agua. El arquitecto cubrió el tejado con este elemento, lo que convierte la zona en un bello estanque y funciona como aislante acústico y térmico. A partir de aquí, la presencia del agua se hace constante: en la piscina, en caminos, en estanques laterales... «El terreno está rodeado por lagos y deseaba que la casa fuera una prolongación natural de ellos», comenta. El paisaje funciona entonces como un elemento arquitectónico más al que se rinde la construcción, con el cristal como aliado en forma de grandes puertas y cristaleras de vidrio que conectan los espacios con el exterior.
El interior es, por tanto, un espacio luminoso, con una distribución muy estructurada. La planta de entrada aglutina las zonas de uso común, a las que da paso un gran vestíbulo. En este nivel se halla también el dormitorio principal, con vestidor, cuarto de baño, gimnasio y una piscina cubierta. El resto de habitaciones se ubican en la planta sótano y la última altura la ocupa una sala de estar con rincón de trabajo que desemboca en una galería-biblioteca.

 

 

Todos los espacios están amueblados con elementos que ha diseñado el propio estudio, que se alternan con clásicos del diseño, antigüedades y obras de arte. Las piezas destacan en un marco de colores neutros —blanco, gris y negro— con una iluminación indirecta muy estudiada, que realza los objetos sin hacerse evidente. En cuanto a los revestimientos, suponen una continuación del exterior —el hormigón cubre las paredes de los volúmenes superiores, cuyo pavimento porcelánico desciende hasta la planta sótano para inundar suelos y muros— y las formas de muchos de los elementos interiores son también una prolongación de los volúmenes externos: trazos sinuosos y suaves con un punto orgánico. «El arte es una constante en nuestros proyectos, pero en este he querido evolucionar formalmente. Hasta ahora nuestras líneas era más cubistas y prismáticas. Nos inspirábamos en Chillida. Ahora miramos hacia Richard Serra, en quien la curva y los elementos puntuales son más importantes».

 

 

Fuente: http://wwwnuevo-estilo.es/extra/espacios/96/B/1_1.shtml

 

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